Cómo Conducir con Lluvia

Aprender a conducir con lluvia es muy importante porque es la incidencia meteorológica que más incidencia tiene durante el invierno y puede influir negativamente en la conducción. La lluvia es un fenómeno climatológico que exige al conductor adoptar las debidas precauciones para mantener la seguridad.

La lluvia se produce por la condensación de vapor de agua que se acumula en las nubes. El calor en la atmósfera produce el ascenso de las nubes y su posterior enfriamiento, lo que hace que crezca el tamaño de las gotas de agua. Así, su mayor peso las hace precipitarse hacia la superficie terrestre, produciendo la lluvia.

El problema de la lluvia es que el agua disminuye la adherencia y al mezclarse con diferentes elementos de la calzada como arenilla, partículas de caucho o restos de gasoil forma un lodo fino particularmente resbaladizo. Este lodo posibilita que los vehículos puedan perder tracción en situaciones de lluvia.

Algunas claves sobre la conducción con lluvia:

  1. La velocidad a mantener dependerá de los neumáticos, de la calzada y de la cantidad y tipología de la lluvia.
  2. Los canales de drenaje del neumático y, sobre todo, su profundidad determinan la capacidad de evacuación del agua y, con ella, la adherencia del neumático. Existen neumáticos especialmente diseñados para su buen desempeño en lluvia, pero que en cambio se degradan a mayor velocidad en un clima seco.

Medidas para mejorar la adherencia y prevenir los deslizamientos

  1. Mantener siempre los neumáticos en buen estado (presión correcta y el dibujo adecuado).
  2. Comprobar con frecuencia durante la marcha si los frenos responden.
  3. Frenar con suavidad, progresivamente y a pedaladas cortas y no de manera brusca.
  4. Frenar con más antelación de lo que se haría en condiciones normales.
  5. Aumentar la distancia de separación o seguridad.
  6. Tener precaución en relación con el fenómeno de aquaplaning o hidroplaneo que es la pérdida de adherencia del neumático a la carretera produciendo que el vehículo deje de responder al volante.
  7. Reducir la velocidad en:
    • Garajes y aparcamientos.
    • Vías o terrenos públicos aptos para la circulación, tanto urbanos como interurbanos.
    • Vías o terrenos privados aptos para la circulación, tanto urbanos como interurbanos.
    • Vías o terrenos públicos, que sin tener tal aptitud, es decir que no son aptos para la circulación, sean de uso común.

Actuación ante charcos de agua en la calzada

Si es posible los evitaremos. La mayoría de las veces el charco se forma en la calzada por un bache o irregularidad en el terreno, de ahí la acumulación de agua en esa zona concreta.

La recomendación general es:

  • Moderar la velocidad.
  • Sujetar bien el volante.
  • Extremar la atención.

Los charcos además suponen un peligro para el resto de usuarios por las salpicaduras que pueden provocar al pasar los vehículos por ellos. Esto es especialmente destacable si un vehículo circula por ciudad y pisa un charco cerca de peatones.

Medidas para Mejorar la Visibilidad con Lluvia

  1. Seleccionar, al menos, la luz de corto alcance o de cruce.
  2. Encender la luz de niebla, tanto la delantera como la posterior si la lluvia es intensa.
  3. Limpiar y mantener siempre limpios los cristales o tulipas de todas las luces.
  4. Accionar el limpia y lavaparabrisas.
  5. Poner la aireación y luneta térmica, para eliminar el vaho.
  6. Adecuar la velocidad a la zona de visibilidad.
  7. Prevenir con suficiente antelación las salpicaduras de agua sucia y barro que se producen al cruzarse con otros vehículos, al adelantar o ser adelantados, y en especial cuando se trata de camiones o autobuses.

Otras Climatologías Adversas a tener en cuenta:

  • Hielo en la carretera

    Conducción con Hielo

    Una calzada con hielo disminuye la adherencia del vehículo. Es vital conocer cómo actuar para conducir de seguridad.